Basada en la novela gráfica de Greg Rucka, quien ha escrito para varios comics de DC y varios shows para televisión igualmente de DC. Siendo esta su primera película de live action. Dirigida por la directora afroamericana Gina Prince-Bythewood, que esta detrás de Love and Basketball y La Vida Secreta de las Abejas.
El hecho que su directora no haga acción normalmente y que su escritor sea novato en cuestiones de live action, se ve reflejado en la película.
La película pone a Charliza Theron al centro de un equipo de mercenarios quienes resultan ser guerreros ancestrales que, por razones que jamás se explican, no pueden morir. Hasta que al guionista le conviene que esta condición sea reversible. Si bien el concepto puede ser atractivo, aunque nada innovador (recordemos Highlander, entre otras), la falta de disciplina para explicar su mitología y su mundo, hacen del film un somero espectáculo superficial y contradictorio.
Es atractivo ver guerreros utilizando una combinación de armas de antaño con otras modernas, verlos regenerar sus heridas y tener una sabiduría milenaria. Pero es altamente frustrante ver personajes que son poco creíbles, con motivaciones confusas y pobres, que además siguen teniendo emociones mezquinas a pesar de haber “madurado” por miles de años.
Tiene alguna que otra escena de acción entretenida. Nada sorprendente, no llega a ser Atomic Blond y mucho menos John Wick.
Cumple con los elementos requeridas en películas modernas, que exigen inclusión de géneros, razas, orientaciones sexuales y demás, pero deja el espectáculo vacío, casi como un comic que solo le importa tener viñetas atractivas más que una profundidad en sus personajes, mitología y tesis.
No creo que estos personajes, algunos ya con más de miles de años deambulado en la tierra, no hayan desarrollado sistemas inteligentes para que no los capturen, que no tengan una sabiduría ancestral o mínimamente que sepan que una botella de tequila no les emborracharía jamás por la regeneración inmediata que tienen sus células.
Igualmente, me cuesta trabajo creerles que sigan siendo mercenarios. ¿Qué no han aprendido nada después de milenios? Tampoco superan pérdidas que tuvieron hace cientos de años.
El villano es una caricatura de Harry Potter, quien curiosamente es interpretado por el actor que fue aquél niño “mogul” Dudley Dursley en aquella franquicia. Y que en esta entrega es una caricatura unidimensional sin motivación alguna.
¿Tesis? No hablemos de tesis. Esta película tiene contradicciones inherentes que nadie se da cuenta, como que para salvar algunas vidas de unos niños, se pueden matar otras 700. ¿Algunas vidas valen más que otras?
El resultado es una película vacía, contradictoria, inútil, un tanto aburrida y poco original, con destellos de un interesante concepto y que por los millones arrojados a la maquila, da la apariencia de ser un buen producto. Pero que no resiste la menor mirada crítica.